Lárgate.


Miro a la pantalla y veo la sonrisa más cálida de mi vida.
Giro la cabeza y una oscura habitación me rodea.

Cambio mi risa cálida por unos ojos fríos.
Me da miedo dejar de verla.

Háblame.
 ¡Cállate!

Tranquila estoy contigo.
 Déjame en paz.

Mírame.
 Háblame.

Tranquila.
Adiós.

Un remedio moralmente incorrecto.



Por los suelos entre humos presentes.
Escrutando pasados entre letras de otro autor.

Lunas blancas iluminan pisadas.
Miles de nubes negras esconden caminos.

Gotas de lluvia purifican un alma.
Entre acordes de lujuria todo vuelve a la calma.