Susurros.


Las cortinas fueron acariciadas con suavidad por el viento, que se desliza entre imposibles barrotes y ventanas con el simple proposito de demostrar su preciosa voz entre las paredes de tu cuarto casi claustrofóbico.
Cerrar los ojos, inspirar, expirar y sentir su cuerpo, escuchar su voz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario