El humo de las chimeneas subía hacia el cielo estrellado y ella ahí tirada en el césped lo miraba embobada. Se incorporo y saco de su bolsillo una vieja pitillera que había fabricado ella con unos cromos antiguos. Tras sacar un cigarro y prenderlo comenzó a inhalar y exhalar y, mirando la nube de humo enorme que emanaba de su boca comenzó a pensar hacia donde se dirigiría ese humo después de que ella le perdiera la pista, que seria de todo aquello que algún día emanó su cuerpo.
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