Déjate llevar



Te tumbas en la cama nada más despertar. 

Miras el techo y te preguntas qué pasará ahora.

Sin saber por qué, tienes una lágrima corriendo por tu oído. 

Piensas por qué y te das cuenta de que, en esta vida, en realidad, nada tiene un porqué, que las cosas simplemente pasan.

 Entonces, dejas que pase, dejas que corra, dejas que tu alma llore sin pensar en desgracias ni en alegrías, sin pensar, solo dejas que tus ojos se limpien y que tu mente descanse en paz del estrés del día a día.

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