Me echaré a volar.


Acérquense a centímetros de mí o aléjense a kilómetros porque, voy a desplegar mis grandes y pesadas alas.

Empezaré a aletear de un momento a otro y se que al principio nos dolerá el respirar por todo el polvo que voy a levantar, se que algunos os vais a marchar. Estoy segura de que me constará respirar, que me agotaré y que durante un tiempo me parecerá inutil seguir aleteando y, aunque me duerma cada noche pensando que mi sueño de rozar el sol es imposible, a la mañana siguiente volveré a crear ese polvo con la misma fuerza.

Porque llegará un día en que remonte el vuelo, llegará el día en que mis alas rocen el sol y se, que ese día cuando mire abajo los tendré a mis pies con todo el cuerpo lleno de polvo y una sonrisa blanca y enorme.

Ese día llegará y mis alas irán perdiendo tamaño y esas enormes y pesadas alas se irán haciendo pequeñas y ligeras. Será entonces y solo entonces cuando vuelva a pisar tierra sabiendo que nunca perderé las alas.

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